Sin duda alguna probablemente sea la calefacción más popular entre todos. En ella un aparato se conecta a la corriente eléctrica y hace que un conductor se caliente y transmita el calor al resto de elementos. Se caracterizan por tener un coste de instalación muy asumibles, por contra suelen disparar el consumo de luz.
Está presente en 1 de cada 3 hogares en España, y dentro de este tipo de calefacción existe:
La calefacción de gasoil es una de las calefacciones ideales para caldear zonas industriales, amplias superficies o zonas rurales o calentar agua. Aunque a día de hoy el coste del gasóleo vive máximos históricos, sigue siendo una opción muy habitual gracias a su poco gasto de mantenimiento y gran durabilidad.
La calefacción de biomasa consiste en la combustión de desechos orgánicos (leña, pellets, cáscaras de frutos secos...) para conseguir un calor que pasa al agua del circuito, convirtiéndo ese agua en caliente. Entre las ventajas de la calefacción de biomasa destaca que es una fuente inagotable de energía y que no contamina el medio ambiente.
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